Ultima actualizacion 16 junio, 2015
Los girasoles son cultivados en México desde hace cuatro mil años, diversos estudios indican que se han utilizado con fines alimenticios y en algunos casos para realizar rituales ya que son considerados como una planta sagrada. Esta flor nativa de América del Norte, debe su nombre común al hecho de que su inflorescencia gira a lo largo del día mirando al sol; su nombre científico es Helanthus Annus y pertenece a la familia de las Asteráceas.
El girasol es una planta anual de hojas grandes, que cuenta con un tallo robusto y erecto el cual le permite vivir sólo por un año; esta planta puede alcanzar una altura de hasta cuatro metros, dependiendo de la variedad de la semilla y de las condiciones en las que se desarrolle.
El cultivo de girasol es muy sencillo, ya que es una planta que no requiere de muchos cuidados y se adapta fácilmente; por esta razón se puede llevar a cabo con distintas técnicas, por ejemplo a través del método hidropónico el cual es fácil de hacer y sobre todo económico, además permite cultivar estas flores durante todo el año y bajo un estricto control.
Cabe destacar que no se requiere de una gran inversión para cultivar girasoles por hidroponía en casa, ya que los materiales además de ser fáciles de conseguir no son costos y en algunas ocasiones se pueden encontrar en el hogar. Para iniciar con el cultivo sólo se necesitan algunas semillas de girasol (la variedad depende de las características del lugar), dos o tres contenedores de 10 litros, sustrato franco o franco arenoso (se recomienda utilizar mezclas como: 40 por ciento perlita, 30 por ciento vermiculita y 30 por ciento fibra de coco), una regadera con agua y solución nutritiva estándar.
El primer paso es reunir todos los materiales y ubicar un espacio para trabajar, este debe estar limpio y contar con una superficie plana y limpia. A continuación se debe colocar la mezcla del sustrato en un recipiente y se debe humedecer con un poco de agua para poder introducir las semillas y estimular su germinación.
Posteriormente se debe colocar la mezcla en el contenedor donde crecerán los girasoles, se recomienda que el sustrato esté aireado, es decir que no quede muy apretado para facilitar que las raíces tengan una buen desarrollo. Después se deben introducir de una a dos semillas por contenedor con una profundidad de un centímetro o centímetro y medio. A continuación se deben poner los contenedores ya con las semillas en un lugar que reciba por lo menos 12 horas de luz al día y que cuente con una toma de agua y una corriente eléctrica cercana.
Los riegos se deben realizar de dos a tres veces al día sólo con agua los primeros días hasta que hayan brotado las primeras hojas verdaderas, en ese momento se debe incluir la solución nutritiva en el riego para mejorar su crecimiento. Después de los primeros seis días comenzarán a salir los primeros brotes de las semillas y aproximadamente a los tres meses los girasoles ya habrán alcanzado su altura fina
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