Ultima actualizacion 11 diciembre, 2014

(Primera parte)

Uno de los grandes logros de la medicina ha sido la implementación de antibióticos, práctica que ha venido haciéndose común desde los años cuarenta para combatir infecciones bacterianas, tales como la neumonía o infecciones en vías urinarias.

Aunque los antibióticos se utilizan para eliminar bacterias dañinas o inhibir su proliferación, no combaten virus a pesar de que pueden causar enfermedades con síntomas similares. Cada vez que una persona toma antibióticos, su cuerpo va generando resistencia bacteriana, es decir, las bacterias se vuelven paulatinamente tolerantes a estos medicamentos, además de que mueren bacterias involucradas en el correcto funcionamiento del cuerpo como la flora intestinal, es por esto, que sólo deben emplearse cuando un médico así lo señale.

Existen opciones naturales como alternativa a los antibióticos convencionales, algunas de sus ventajas son: el fortalecimiento del sistema inmunológico, prevención de enfermedades, no causan efectos secundarios, respetan los microorganismos benéficos del cuerpo, no resultan peligrosos por acumulación, son más baratos que los medicamentos y son fáciles de conseguir; algunos ejemplos de estos son:

• Ajo: Con 20 propiedades antivirales, casi 40 antibacterianas y algunas antimicóticas, es ideal para enfermedades respiratorias; combate estafilococos que son resistentes a antibióticos convencionales, además de aliviar la inflamación.

• Cardamomo: Elimina las bacterias causantes del mal aliento, sirve como remedio para la halitosis y para los dolores de estómago ocasionados por el Helicobacter pylori, además de emplearse en tratamientos contra las caries.

• Jengibre: Su poder antibacterial combate microorganismos perjudiciales como la E. coli, causante de muchos casos de gastroenteritis y el Helicobacter pylori causante de úlceras. También ayuda a mantener sana la flora intestinal.

• Lima: Además de sus altos contenidos de Vitamina C, contiene al menos 10 activos antisépticos que ayudan a prevenir resfriados, gripes e infecciones.

• Miel: Evita la reproducción de Estreptococos pyogenes, ayudando a cicatrizar heridas, se utiliza como expectorante, antiinflamatorio, estimula el sistema inmunológico, además de neutralizar toxinas.

• Tomillo: Aunque no sirve para matar bacterias, sí impide que éstas se multipliquen. Usado externamente ayuda a cicatrizar heridas además de ser desinfectante.

• Toronja: El extracto de la semilla de este cítrico es eficaz para eliminar hasta 100 cepas de hongos, 800 bacterias diferentes y diversos tipos de parásitos.

Estos son sólo algunos de los antibióticos que la naturaleza nos ofrece y que podemos consumir sin riesgos ni contraindicaciones, sin embargo existe una amplia gama de vegetales de todo tipo que de igual modo contribuyen a la prevención y control de enfermedades.

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Categories: Salud y ecología

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