El siguiente texto tratara de ayudarte a dimensionar todo lo que se debes considerar, como mínimo, para cultivar en casa tus propias hortalizas y así poder cosechar alimentos de calidad que te hagan sentir orgulloso y con ganas de volverlo hacer y mejorar, no significa que si no lo lograste la primera vez lo abandones. Para aprender del cuidado, lo primero es tener una bitácora para llevar registro de todo lo que influye en las plantas, aprendiendo de sus respuestas y con ello estar preparado ante lo que puede presentarse en el futuro.
Lo primero y los más importante, es saber en qué condiciones de temperatura se desarrollan mejor las plantas, para ello tenemos que considerar que se manejan dos ciclos de producción, primavera-verano y otoño-invierno, limitando así su cultivo a ciertas épocas del año. Por ejemplo, el jitomate o la calabaza son netamente del ciclo primavera-verano, el frio daña sus flores reduciendo la polinización lo que nos traerá como resultado pocos frutos y de baja calidad, al contrario, si la zona en la que nos encontramos es muy cálida y optamos por sembrar hortalizas como brócoli o coliflor, en lugar de formar la cabezuelas se dedicara a producir semillas.
Densidad de siembra o en otras palabras, el espacio que debe haber entre ellas. En un huerto casero lo que se busca, muchas veces por lo reducido del espacio, es aumentar la eficiencia y ocupar cada metro cuadro con lo más que se pueda. En hortalizas de porte bajo de separación tienen que tener como mínimo 20 cm (ocupa la abreviación de centímetros) entre ellas y en plantas como chile o pepino de 30 a 40 cm. Todo esto porque tenerlas tan cercas una de la otra generara problemas de competencia por nutrientes, luz y agua, además de generar concentraciones de humedad y calor ideales para el desarrollo de plagas y enfermedades.
Seguimos hablando un poco de la forma de su crecimiento, debemos considerar que hay algunas que requieren ser guiadas y así evitar su contacto con el suelo, con ello evitaremos problemas de pudriciones principalmente en los frutos.
La tierra ideal para nuestro cultivo tiene que ser de un tono oscuro, esto quiere decir que es rica en materia orgánica y nutrientes, no significa que no sea necesario incorporar más materia orgánica o suplementar la nutrición con fertilizantes. La profundidad mínima necesaria debe ser de 30 cm, garantizando espacio suficiente para el desarrollo de las raíces, tiene que estar esponjoso para facilitar la penetración de las raíces, la respiración y la entrada de agua; al preparar el terreno de esta forma no solo estamos dando condiciones benéficas para nuestras hortalizas sino también para las malezas, que consumen de manera más rápida los recursos al ser más agresivas y competitivas. Al eliminarlas de nuestro cultivo ayudara a lograr un mejor rendimiento no solo por cuestiones de competencia sino además porque son hospedaras de plagas y enfermedades.
Arriba se mencionó algunos de los elementos que puede provocar la llegada de plagas y enfermedades, igualmente se tiene que considerar eliminar residuos de ciclos anteriores, podar partes enfermas, deshacernos de plantas que muestren algún signo de estar enfermas (manchas, algodoncillos, hojas deformes, etc.), para su control y prevención puedes hacer aplicaciones periódicas de plaguicidas elaborados a base de extractos de plantas.
El éxito de tu huerto parte del trabajo invertido, de estar al tanto de él, de llevar a cabo todas las labores que requiere tu cultivo, porque recuerda que las plantas no tienen día de descanso, si lo vas hacer te estarás comprometiendo con ellas a darles lo mejor. Te podemos garantizar que la satisfacción de cosechar tus propios alimentos será enorme y lo mejor de todo es el gran sabor que desarrollaran y se deberá a tu trabajo.
Contáctanos:
www.hydroenv.com.mx
Lada sin costo 01 800 00 49376
D.F. y Área Metropolitana 5565 1153
ventas@hydroenvironment.com.mx
Comments
Categories: Conoce hidroponía, HISTORIA, Productos, Salud y ecología, Sin categoría
Deja un comentario