HIDROPONÍA, EL MEJOR INICIO PARA EL CULTIVO DE MAMEY

El mamey es un fruta que pertenece a la familia de las Sapotáceas, este se caracteriza por tener una forma ovoide que puede alcanzar hasta los 20 centímetros de largo, por tener una piel rugosa, gruesa y áspera; además cuenta con una pulpa dulce que se torna de color naranja intenso y de sabor dulce cuando está madura.

Cabe señalar que el mamey es una fruta muy resistente que proviene de un árbol perenne que puede alcanzar hasta los 50 metros de alto, el cual se puede cultivar en diferentes regiones ya que tiene la capacidad de adaptarse fácilmente debido a que no requiere de muchos cuidados especiales siempre y cuando se cubran los requerimientos necesarios para su sano desarrollo.

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Una opción ideal para iniciar con el cultivo de mamey es la hidroponía, ya que permite controlar la cantidad de agua y nutrientes que recibe la semilla, además ayuda a estimular la germinación debido que le brinda las condiciones adecuadas para su desarrollo; hay que mencionar que este cultivo además de ser sencillo es económico y no requiere de mucha mano de obra. Para llevarlo a cabo sólo se necesitan los siguientes materiales: semillas de mamey, bolsas para cultivo, sustratos como fibra de coco o una mezcla de 70 por ciento peat moss y 30 por ciento de agrolita, solución nutritiva para hortalizas y una regadera con agua.

El primer paso es obtener las semillas del mamey, se recomienda utilizar las que salen directamente del fruto, esto con el fin de que se adapten fácilmente y no tengan inconvenientes en su crecimiento (cabe mencionar que éstas dejan de ser útiles después de 14 días, ya que pierden su capacidad de germinación). Una vez que se tienen las semillas hay que lavarlas para eliminar cualquier resto de pulpa y dejarlas secar, una opción para acelerar su germinación es aplastar un poco las semillas para agrietarlas y para retirarles la cáscara.

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Antes de sembrarlas hay que preparar el sustrato, para esto hay que humedecerlo con un poco de agua y dividirlo entre el número de bolsas disponibles, ya que está colocado con ayuda de un abatelenguas se debe realizar una perforación por contenedor con una profundidad de cinco centímetros aproximadamente. El siguiente paso es colocar las semillas con cuidado para no dañarlas y cubrirlas con un poco más de sustrato.

A continuación se deben llevar las bolsas a un lugar que no reciba luz directa para beneficiar la germinación. Después de los 40 días comenzarán a brotar las primeras plántulas, en ese momento hay que colocarlas en un lugar que reciba por lo menos 10 horas de luz y que cuente con una toma de agua cercana que ayude a mantener al sustrato hidratado y una protección que no permita que agentes externos dañen al cultivo. Cuando las plantas tengan una altura de un metro es momento de realizar el trasplante al lugar donde crecerán definitivamente, antes se recomienda abonarlo un poco para mejorar su crecimiento. 

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