Ultima actualizacion 22 octubre, 2022
En esta segunda parte continuaremos hablando de los factores limitantes de la producción de forraje verde. En el anterior “capitulo” nos enfocamos a condiciones ambientales, ahora toca turno a la calidad del agua que dentro de la hidroponía y en cualquiera de sus técnicas se vuelve un elemento central, y por último e igual de relevante, poseer una semilla de calidad, tan importante que de no tenerla todo lo demás quedara sobrando.
Como se menciona anteriormente, el poder generar todas las condiciones para la producción es lo ideal, pero si nos equivocamos en la elección de la semilla no servirán de nada tantas atenciones y la fuerte inver$ión en infraestructura. Por ello la importancia de conseguir semilla de calidad, además de accesible pero que nos garanticen que proviene de una variedad comercial; asimismo debe contar con un porcentaje de germinación mínimo del 80%, ya que con niveles menores la producción y el rendimiento se verán reducidos drásticamente. Para verificar el poder germinativo podemos hacer pequeños ensayos y determinar cuál es la mejor opción.
Dentro de la calidad, el examinar y confirmar que la semilla no venga trozada nos ayudara en demasía a disminuir el posible desarrollo de enfermedades. No olvidemos que estamos tratando con un ser vivo y al estar rota tenemos una herida expuesta, rica en nutrientes que facilitaran el progreso no solamente de enfermedades sino de insectos.
¡ALTO! Se me olvidaba, no debe de tener ningún tipo de tratamiento con fungicidas.
Ahora sí, continuamos. Del agua para el riego se debe conocer su inocuidad (libre de patógenos), su pH y la conductividad eléctrica. Si vas iniciando en esto, va ser muy complicado agregar a los costos de producción un análisis para garantizar la no presencia de microorganismos dañinos, tanto para la salud del forraje y sobre todo la de los animales, pero podemos partir de la idea que el agua que usas para tu consumo está limpia (giño, giño) y la puedes utilizar para el FVH.
Pero es importante hacer un análisis para garantizar que se encuentre libre de microorganismos, elementos tóxicos para la planta y los animales, además de conocer la concentración de ciertos nutrientes presentes que nos puedan significar un ahorro en fertilizantes al instante de preparar la solución nutritiva.
Los últimos dos parámetros (pH y CE) van más relacionados con la preparación de la solución nutritiva, la forma de suministrar los nutrientes para un mayor crecimiento, como sabemos la semilla cuenta con un reservorio de energía para el momento de la germinación, pero no lo suficiente grande para producir FVH de calidad, por lo tanto, es importante nutrirlo para la obtención de mejores resultados a partir de controlar y acondiciónalos.
El pH del agua o resumido de manera rápida y precisa: la acidez o alcalinidad. Debe encontrarse en semillas de gramíneas entre 5.5 a 6.5 y para algunas leguminosas en un pH ligeramente alcalino, de entre 7 y 7.5. Precisando un poco más lo anterior, si no está dentro de esos rangos por la misma naturaleza del agua es necesario acondicionarla para impedir la precipitación de nutrientes, quemaduras en la raíz por lo mismo básico o ácido, teniendo como resultado un daño que provocara una ineficiencia en el aprovechamiento de nutrientes.
Por último, la conductividad eléctrica, nuevamente en un resumen rápido: es el parámetro que nos indica la concentración de sales en el agua o en la solución nutritiva. La escala más común para determinar la CE son los miliSiemens por centímetro (mS/cm), para el caso preciso del FVH debe situarse entre 1.5 a 2, dentro de este rango tenemos la certeza que estamos aportando la cantidad de fertilizantes necesaria, por debajo generamos deficiencias y por arriba intoxicaciones a la planta.
Después de este pequeño par de textos donde pudimos definir las condiciones óptimas para la producción de FVH, muchos aún se quedarán con una duda más diferente a la producción y es, ¿Cuál es la cantidad adecuada a suministrar a los animales? En ello si les voy a quedar mal, mi experiencia con el FVH solo se limita a la producción pero prometo buscar un veterinario especialista en nutrición para determinar el consumo por especies y por supuesto desmitificar o bien complementar la idea de la reducción total o parcial de suplementos alimenticios.
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