Desde hace algunos años es muy común el uso herramientas agrícolas que ayuden a proteger y asegurar el éxito en la producción, más aún cuando el clima y algunos elementos externos son un factor importante que determinan el desarrollo de las plantas. Un ejemplo de estos instrumentos son las mallas agrícolas, las cuales son estructuras delgadas y flexibles formadas por pequeños filamentos de polietileno entrecruzados, que pueden ser de diferentes formas, tamaños y texturas.
Estas herramientas, además de brindar protección a los cultivos, tienen la capacidad de disminuir el uso de agentes fitosanitarios, pueden servir como una barrera o cubierta para controlar la temperatura, la iluminación y la humedad; asimismo son un método económico que ayuda a optimizar los recursos.
Existen diversos tipos de mallas agrícolas, de las cuales su uso va a depender del tipo de cultivo, las características climatológicas de la región, las necesidades de cada productor y de los recursos con los que se cuente. Entre las mallas más importantes se encuentran: la malla Anti-áfidos, malla Raschel y malla Sombra.
La malla Anti-afidos, gracias a su estructura de monofilamentos delgados permite que el cultivo tenga una correcta aireación, además ayuda a evitar la entrada de plagas e insectos como la mosquita blanca, pulgones o trips, así mismo impide su propagación y la transmisión de enfermedades como la virosis; por otra parte permite tener mayor control climático, mejor sanidad vegetal y tener una producción con más calidad.
Por otro lado, la malla Raschel tiene como función principal proporcionar sombra a los cultivos para beneficiar su crecimiento, además tiene la capacidad de aportar la luminosidad adecuada para cada tipo de cultivo conservando un clima ideal y un ahorro significativo de energía, incluso también puede funcionar como una barrera contra los cambios de clima, ataques de depredadores y para evitar la propagación de plagas. Este tipo de malla es una herramienta muy útil ya que es manejable y se puede instalar fácilmente.
Por último, la malla sombra está diseñada para controlar la cantidad de luz que reciben los cultivos; además gracias a su estructura también puede proteger a la producción de algunos tipos de insectos y de los cambios de clima como: lluvia, viento, polvo y granizo. Otra de las características de esta malla es que permite reducir el consumo de agua y disminuir la temperatura; incluso ayuda a retener la humedad, a aumentar la actividad química de las plantas y a mejorar los procesos de fotosíntesis.
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