MADERA COMO SUSTRATO HIDROPÓNICO

El sustrato o medio utilizado para cultivar debe tener ciertas características de retención de agua y nutrientes, además de proporcionar buena aireación para el sistema radicular.
A fin de poder manipular con facilidad los contenedores, el peso ligero del medio también es una consideración importante. Además, los sustratos deben estar libres de organismos patógenos y de sustancias que puedan resultar fito tóxicas.
Los principales materiales que satisfacen estos requisitos son el musgo de turba (peat moss), la vermiculita, la perlita, la fibra de coco, entre otros.

Algunos de estos materiales tienen la ventaja ser remanentes de la industria que antes no se ocupaban; pero ahora son muy utilizados como en el caso de la fibra de coco o la madera.
De esta última hemos utilizado la corteza, las virutas de madera y el aserrín, de árboles como el pino, abeto, ciprés, secoya, arboles tropicales, entre muchos otros, se han utilizado con éxito como medios de cultivo para plantas ornamentales (orquídeas, nochebuena, etc), frutales (Berries) y hortalizas (pepinos, tomates, etc.), de manera sola o combinada con tierra, en macetas de desarrollo o como sustrato para el semillero o almacigo.

Los residuos de madera se han visto como una opción para el cultivo hidropónico, pero aún tienen ciertas sustancias que pueden interferir en el crecimiento y desarrollo de algunos cultivos ya que posee sustancias químicas (taninos) que en contacto con plantas (raíces) ocasionan quemaduras y la muerte de estas; la forma de eliminar estas sustancias es a través del lavado que puede ser con agua limpia por algunas semanas, en este tiempo se debe de cambiar constantemente el agua de lavado.

Una vez concluido este proceso la madera se puede utilizar como sustrato, el cual proporciona buena aireación y buenas características de retención de agua y nutrientes, químicamente es poco reactivo teniendo una tasa de descomposición lenta. Su pH está por debajo de la neutralidad (entre 4 – 6.5) y su conductividad eléctrica y capacidad de intercambio catiónico son bajos (0.3 dSm-1 y 25 meq/100g.), por lo que el material por sí solo apenas interfiere en el intercambio de nutrientes entre la solución de fertirriego y la planta. Asimismo, se ha observado que, con el paso del tiempo, las características del material cambian, manteniendo la porosidad y aumentando la capacidad de retención de agua.

Después de un tratamiento de lavado con agua a altas temperaturas, este material resulta ser homogéneo, fibroso, de color blanquecino y libre de patógenos y compuestos fito tóxicos, por lo que es excelente para el cultivo hidropónico.

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