Charolas de Germinación: Su importancia en la producción de plántula para trasplante.

La germinación y producción de plántulas de hortalizas puede ser realizada de dos modos, la primera es conocida como siembra directa, donde se depositan las semillas sobre el terreno de cultivo y la segunda es la indirecta, en donde la semilla es sembrada en una charola o semillero. La siembra indirecta es la más utilizada por los productores, ya que garantiza el éxito del cultivo al obtener una plántula de mayor calidad y esto se debe al control sobre el proceso.

La siembra indirecta se realiza en un lugar protegido como un invernadero o casa sombra, logrando las condiciones óptimas de luz, humedad ambiental, temperatura, así como brindar una protección contra las condiciones ambientales adversas y sobre todo una defensa contra las plagas y enfermedades, todas en conjunto garantizan la germinación y su posterior crecimiento.

  • Charolas de germinación.

De los insumos más importantes para la producción de planta para trasplante junto a las semillas y el sustrato, son los también conocidos como semilleros. Recipientes que nos ayudan a mejorar las condiciones para las semillas en comparación de las sembradas en suelo, garantizando su germinación y a su vez logren un crecimiento adecuado para garantizar su trasplante.

Las cavidades de los semilleros cuentan con el espacio y forma adecuada para permitir a la raíz desarrollarse de forma correcta y sana, a lo anterior podemos agregar que cada una de ellas tiene un orificio en la base para drenar el exceso de agua, se mantenga la humedad adecuada y esto no genere problemas con pudriciones provocadas por patógenos. Para terminar, la forma cónica y bordes redondeados facilitan la extracción y evita la espiralización del sistema radicular.

  • Tipos de charolas.

De los modelos de charolas más utilizados, por su durabilidad, precio y calidad, son las fabricadas en plástico termoformado, las cuales pueden ser empleadas durante varios ciclos, además de generar ahorros económicos importantes al productor. Este tipo de semilleros pueden ser encontrados desde 21 hasta 288 cavidades, cada una de ellas con diferentes capacidades para adaptarse a una gran variedad de cultivos, desde el enraizamiento y germinación de árboles frutales, hasta semillas de hortalizas y plantas de ornato.

Por ejemplo, las de 21, 32 y 50 cavidades son utilizadas para el enraizamiento de estacas y germinación de semillas grandes como las de los frutales. Asimismo, se puede encontrar de 50 cavidades, pero de menor altura para enraizar frutillas, por otra parte, las de 72, 98, 105 y 128 son utilizadas para la germinación de plantas de ornato, hortalizas como jitomate, calabaza, chile, entre algunas otras que produzcan algún fruto.

Por último, las bandejas de germinación de 162, 200 y 288, son recomendadas para la germinación de semillas pequeñas como lo son la lechuga, col, brócoli, aromáticas, cactáceas y suculentas.

  • Ventajas de utilizar charolas para la germinación.

– Ahorro de semilla: El mayor porcentaje de germinación permitido por las condiciones concebidas por las charolas, sumado a la calidad obtenida, permiten economizar en este insumo.

– Desarrollo uniforme: Al recibir los mismos cuidados cada una de las charolas (agua, nutrición, luz, manejo fitosanitario, entre otros) durante todo el proceso, se hace posible un desarrollo homogéneo.

– Calidad de la planta: Al no tener competencia por ningún recurso, presentan un excelente desarrollo tanto en la parte aérea como en la raíz, tendiendo un crecimiento rápido y uniforme al momento del trasplante.

– Sistema radicular sano: La forma de la cavidad de la charola va redirigiendo el desarrollo de la raíz sobre todo el sustrato, formando un cepellón compacto, impidiendo el ahorcamiento del sistema radicular y la asfixia de la planta.

– Garantía al trasplante: El sistema radicular generado durante la etapa de semillero, asegura el trasplante, además evitamos realizar un retrasplante por la mortandad de las plántulas.

– Ahorro de recursos: Al mantenerlas en un lugar aislado y por ende confinados, el agua, los nutrientes y plaguicidas, son aprovechados de manera más eficiente.

– Fuertes y resistentes: Por si mismo, el sistema de siembra indirecta logra plantas con tallos gruesos, hojas más grandes, por lo tanto, están menos predispuestas al ataque de plagas y enfermedades.

Estas son tan solo algunas de ventajas que trae consigo el uso de semilleros o charolas durante la producción de plántula.

La obtención de una plántula para trasplante de calidad, sana, vigorosa y con un sistema radicular activo para aprovechar el agua y los nutrientes, es la base del éxito dentro de toda producción agrícola. Y una herramienta fundamental para alcanzarlo es el uso de semilleros. Todo lo anterior permite llevar al campo plantas fuertes y resistentes, lo que por su parte ayudará a evitar retrasos en el desarrollo de cultivo por factores de estrés que se vean reflejados en el rendimiento final.

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