El ajo pertenece a la familia de la liliáceas al igual que la cebolla y los puerros; éste proviene de una planta herbácea compuesta por bulbos integrados por dientes de diferentes tamaños y por hojas largas y delgadas de color verde intenso, además cuenta con flores en forma de cabezuelas de color blanco o morado dependiendo de la variedad.
Esta hortaliza es originaria del oeste de Asia, Europa y del Mediterráneo de donde se expandió a diferentes lugares del mundo, en los cuales se cultivaba no sólo con fines alimenticios sino también medicinales debido a que aporta una cantidad importante de elementos que favorecen el buen funcionamiento del cuerpo.
Entre la amplia variedad de nutrientes que contiene el ajo se encuentran los minerales como sodio, magnesio, potasio, hierro, fósforo, zinc, cobre y calcio; además contiene vitaminas A, B1, B2, B3, B4, B5, B6, B7, B8, B9, B12, C, D, E y K. Inclusive aporta proteínas, fibra y carbohidratos, elementos que le dan propiedades emolientes, expectorantes, antibióticas, fungicidas, antisépticas, anticuagulantes, vermífugas, diuréticas y estimulantes.
Es importante mencionar que cuando el ajo se tritura tiene la capacidad de liberar alicina un compuesto que ayuda a fluidificar la sangre, lo cual no sólo mejora la circulación sino que también puede disminuir la presión arterial, además gracias a esto actúa como un vasodilatador que puede reducir los niveles de colesterol en la sangre, eliminar toxinas del cuerpo y a evitar enfermedades cardiovasculares como los ataques al corazón y la arteriosclerosis.
Otro de los beneficios del ajo es que gracias a sus componentes puede fortalecer al sistema inmunológico, previniendo resfriados y otras afecciones relacionadas como la tos y la bronquitis, inclusive puede atacar bacterias como Escherichia coli y la Salmonella causantes de provocar diarrea y ciertas infecciones en las vías urinarias.
Al igual que el colesterol, este bulbo también contribuye con las disminución de azúcar en la sangre, por lo tanto se recomienda comerlo en ayudas sin cocinar para aprovechar mejor sus propiedades, esto también disminuye la retención de líquidos en el cuerpo eliminando lo que el organismo no necesita. Por otro lado éste es considerado como un buen digestivo, ya que tiene la capacidad de estimular al hígado, la vesícula y el páncreas, inclusive puede tratar ciertas úlceras en el estómago junto con un tratamiento adecuado. Éste también actúa como un anti-inflamatorio que ayuda a reducir la inflamación en las articulaciones y en la próstata.
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